Venerable Francisco María Tarugi

Nació en Montepulciano, Italia, el 25 de agosto de de 1525, de familia noble, emparentada con Cardenales y Sumos Pontífices, recibió en un ambiente cortesano una buena formación literaria y jurídica, mostrando dotes poco comunes en la poesía y en la oratoria. Llegó a Roma en 1555, casi fortuitamente conoció a Felipe Neri y quedó conquistado.
No por casualidad lo quiso san Pío V, como asistente de su sobrino el Cardenal Alessandrino, asignándoles difíciles encargos e importantes misiones, gracias a los cuales Tarugi pudo difundir el espíritu y las disposiciones del Concilio Tridentino también en España, Francia, Flandes y Alemania. Los arzobispos de Milán, San Carlos y Federico Borromeo, respectivamente, lo tuvieron como amigo fraterno, como es posible constatar por la copiosa correspondencia.
El Padre Francisco María tenía el don de unir la vida activa con la contemplativa, las obras de piedad con la organización de la naciente Congregación. A él se atribuye la primera regla, que trazó normas esenciales para la vida comunitaria oratoriana.
Fue nombrado obispo de Aviñón, Francia de 1592 a 1597.
Junto con César Baronio fue Cardenal desde 1596 y arzobispo de Siena, Italia de 1597 a 1607.
Murió en 1608, en la iglesia del Oratorio de Roma, la Vallicella, besando con devoción la corona (rosario) y el crucifijo del Padre Felipe, en la tarde del 11 de junio.











