Mensaje del Papa San Juan Pablo II

Una Mirada Papal

En el IV Centenario de la Muerte de San Felipe Neri

EL ORATORIO DE SAN FELIPE NERI

L a amable figura del Santo de la alegría sigue manteniendo intacto, también en nuestros días, aquel encanto irresistible que ejercía en cuantos se le acercaban para ser guiados en el conocimiento y experiencias aprendidas en las auténticas fuentes de la alegría cristiana..

Puede decirse, por esta razón, que no fue él quien adoptara a Roma, sino más bien Roma quien le eligió y adoptó a él.

Llegó joven a esta ciudad y luego, durante más de sesenta años, vivió continuamente en ella, en un momento en el que a vicios pasados, le sucedía una generación de santos.

Si andando por las calles se encontraba a la humanidad dolorida, la confortaba y socorría con la caridad exquisita de una palabra prudente, y humana a la vez, mientras prefería recoger a la juventud en el Oratorio, su verdadera invención.

Con genio creador, hizo de él un lugar de encuentro gozoso, un ejercicio de formación y un centro de irradiación del arte.

Extracto de la carta de Juan Pablo II a los Oratorianos en el

IV Centenario de la muerte de San Felipe Neri.

Cd. del Vaticano, a 7 de Octubre de 1994

Papa con Ríos y Cerrato

El Oratorio es un lugar de encuentro gozoso un ejercicio de formación un centro de irradiación del arte