Venerable César Baronio

Nació en Sora, Reino de Nápoles, el 30 de octubre de 1538.
Sus estudios de jurisprudencia lo llevaron a la ciudad de Roma, residiendo junto con un compañero de estudios en Piazza del Duca, hoy Piazza Farnese, a unos cuantos pasos de la iglesia de San Jerónimo de la Caridad, donde el Padre Felipe Neri había iniciado hacia 1554, encuentros de oración, meditación y canto, conocidos como “el Oratorio”-.

El joven estudiante de leyes, se convence cada vez más –al lado del padre Felipe en el Oratorio-, de su vocación sacerdotal, sin embargo obediente a los deseos de su progenitor, se doctora en Derecho Civil y Eclesiástico en 1561 y el 27 de mayo de 1564 se ordena sacerdote, para dedicarse a los ejercicios del Oratorio y la confesión, en la iglesia de San Juan de los Florentinos, en una pequeña comunidad dirigida por Felipe Neri. Durante treinta años con su predicación en el Oratorio, expuso la historia de la Iglesia con enorme aceptación y éxito, pero siempre atento a la práctica de la humildad con la que el padre Felipe lo dirigía. Se desempenó como cocinero (coquus, en latín) de la comunidad, lo cual no le debía impedir la preparación y exposición en el Oratorio.

Compartió con Felipe Neri, la aprobación de la innovadora forma de vida sacerdotal que se había generado en torno a los ejercicios del Oratorio en San Jerónimo, San Juan de los Florentinos y por fin en una casa e iglesia propias: Santa María en Vallicella. El Papa Gregorio XIII (1572-1585), aprobaba, en 1575, la Congregación del Oratorio, comunidad de sacerdotes que viviendo en común, sin votos, promesas ni juramentos, se dedicaría a servir espiritualmente a los laicos de aquellas reuniones llamadas Oratorio, guiados por un Prepósito, en el momento: el sacerdote florentino Felipe Neri.

Baronio empezó a ser conocido por sus investigaciones documentales. Gregorio XIII le ofreció ser obispo de su natal Sora, a lo cual renunció, en su empeño por proseguir sus investigaciones con fuentes documentales para la historia del cristianismo, la instrumentación cronológica, y los recientes descubrimientos arqueológicos en las Catacumbas de Roma en 1578, que contribuyeron a lo que más tarde se conocerían como Annales Ecclesiastici.

Fue llamado por Gregorio XIII para formar parte de la comisión que organizará y actualizará –como parte de la aplicación de los decretos del Concilio de Trento y de la reforma del calendario llamado gregoriano (1582)-, el “Martirologio Romano” (catálogo de mártires y santos ordenados según la fecha de celebración de sus fiestas), editado oficialmente en 158. En 1586 se publicó el Martirologium Romanum cum notationibus Baronii que contiene las fuentes literarias de que se sirvió Baronio para la realización de su trabajo, que dentro de sus límites, tanto de la época como de las fuentes, se mantuvo como referencia hasta el siglo XX.

Sus trabajos de investigación histórica, nunca lo separaron de la vida de su Congregación -en la Vallicella- entre la cocina, la confesión, la predicación y su atención a los pobres. Poco antes de la muerte del Padre Felipe, es elegido Prepósito de la Congregación del Oratorio de Roma en 1593, cargo que ocupó hasta 1596, año que fue reelecto, al cual tuvo que renunciar por obediencia al Papa Clemente VIII (1592-1605), al nombrarlo Cardenal, siendo ya Protonotario Apostólico.

Venerable Cesare BaronioConfesor del Papa Clemente VIII (1592-1605) –sustituyendo al Padre Felipe, por su avanzada edad- , intervino como mediador entre la Santa Sede y el heredero a la corona de Francia, Enrique IV (Enrique de Navarra 1589-1610) que proviniendo del protestantismo, su paso al catolicismo, parecía más estrategia política que convicción religiosa. Baronio supo presentar la transparencia de las intenciones del rey y logró que el Papa aceptara su conversión y que Francia dividida, se unificara en torno a un monarca católico.

Tras la muerte del Padre Felipe Neri en 1595, después de rechazar tres veces el ser obispo, el Papa Clemente VIII en 1596 lo nombra junto con el P. Francisco María Tarugi, también discípulo de San Felipe Neri, Cardenal Presbítero, Baronio toma el título cardenalicio de la Basílica de los Santos Nereo y Aquileo, mártires, cuya iglesia era de capital importancia arqueológicamente y que hasta hoy excepcionalmente custodia la Congregación del Oratorio de Roma.

A estas actividades se suma la de Bibliotecario Apostólico (Biblioteca Vaticana) en 1597, y aunque tuvo necesidad de trasladarse a vivir a las estancias pontificias, conservaba la llave de su habitación en la Vallicella y continuó predicando en el Oratorio cada quince días. En el Año Santo de 1600, el Cardenal Baronio, abre las puertas de sus estancias para albergar a peregrinos pobres que llegaban de todas partes, tal vez imitando al joven laico Felipe Neri en el Año Santo de 1550.

A la muerte de Clemente VIII (1605) y en ese mismo año la de León XI (10/IV – 27/ IV /1605), se encontró como candidato favorito entre sesenta y dos cardenales, en los dos cónclaves, pero el rechazo de España, a través de sus cardenales, a causa del Tomo XI de los Annales,y su libro Monarquía Siciliana, prohibidos en los dominios españoles por el rey Felipe III, impidió haber sido electo Papa. En el segundo cónclave sus insistentes súplicas en sentido contrario, determinaron la elección de PauloV (1605-1621).

En opinión de algunos críticos, Baronio por sus Annales, es considerado después de Eusebio de Cesarea (265-340), Padre de la Historia de la Iglesia.

Se trataba también de una respuesta a la iniciativa de los Reformadores con la “Historia Eclesiástica” de Matías Flacio Ilírico (1520-1575) con colaboradores escogidos entre los mejores estudiosos alemanes de la época y entusiasmados con Lutero. Esta obra dividía los periodos históricos en “siglos” (centurie), los colaboradores fueron conocidos como “centuriatori” y a la obra como “Centurias de Magdeburgo” (1559 y 1574), en trece volúmenes.

Los Annales estaban distribuidos en doce volúmenes o tomos, cuyo contenido abarca desde los orígenes del cristianismo hasta el año 1198. Al parecer, se puede decir que “…las dos partes en conflicto…habían inventado el método histórico moderno, fundado no más en tradiciones y creencias, sino sobre documentos precisos…” (Dante Areta). Hacia 1606, Baronio regresa a la Vallicella y muere el 30 de junio de 1607, asistido por sus hermanos de Congregación. Es sepultado en la iglesia del Oratorio asistiendo treinta cardenales a su funeral. En 1624 se abre el proceso de canonización y el 12 de enero de 1745, el Papa Benedicto XIV lo declara Venerable.