San Juan Enrique Newman intercesor y guía en este tiempo tan nublado
Tercer tema: La incertidumbre
P. Ferrán, secretario de la Diputación Permanente
¡Buenos días! Hoy hablaremos del tercer tema en que, en la situación actual, San John Henry Newman nos puede ayudar : la incertidumbre.
Muchos de nosotros estamos desorientados : ¿Cuánto tiempo durará esta crisis? ¿Saldremos de ésta? ¿Qué será de mí? ¿Qué será de nosotros? ¿Dónde y cuándo parará todo esto?
No distinguimos el final de la historia. Pedimos a Dios cosas que, tal vez el día siguiente ya parecen comprometidas. ¿Quién hubiera dicho, a Nochevieja, que a mitad de marzo estaríamos todos encerrados en casa, las parroquias cerradas, con tantos enfermos y tantos muertos?
Tal vez hayamos olvidado, en nuestras falsas seguridades, que la fe se mueve siempre en la incertidumbre. El filósofo danés Kierkegaard hablaba del “salto hacia la fe”, este salto en el vacío que damos al adherirnos a la fe, adhesión que Newman estudia detenidamente en su famoso “Ensayo para contribuir a una gramática del asentimiento”.
Abraham sale de su tierra, movido por una promesa. ¿Está seguro que será verdad? ¿Sabe lo que encontrará en el camino?
Los Israelitas siguen durante 40 años a la nube de la presencia del Señor. ¡Cuántas veces desconfiaron! Porque sencillamente no veían “el final del túnel”…
“¿Hasta cuándo, hasta cuándo? ¿Por qué no hoy?”, decía llorando San Agustín en sus Confesiones.
Nosotros nos encontramos en esta situación : no vemos el final del túnel. Nosotros, y parece que tampoco nuestros gobernantes y los expertos. Todo va tan rápido, hay tantas incógnitas…
San John Henry Newman también vivió una prueba similar. Recordamos el precioso y muy famoso poema “Lead, kindly light”, que escribió en el barco que le portaba de vuelta a Inglaterra después de un viaje por el Mediterráneo en 1833, durante en cual cayó gravemente enfermo, lo que casi le costó la vida.
En este poema, Newman “se rinde” (usó mucho esa expresión) ante la voluntad de Dios y sabe que, sanado milagrosamente de su enfermedad, tiene “una misión” en Inglaterra, pero no sabe qué es. Se compromete a seguir la “Luz Amable”, que es Cristo, y le pide que no cese de guiarle.
Las palabras que nos interesan particularmente en este poema son las siguientes : “No pido ver el horizonte lejano. Un solo paso me basta”. Esta actitud, la puso en práctica cuando lo dejó todo después del escándalo del Tract 90, y luego cuando abrazó la fe católica y entró a formar parte de una Iglesia dentro de la cual no conocía a nadie y en la que muy poca gente le acordaba su confianza.
Otras palabras suyas que nos pueden ayudar, consolar, confortar y animarnos se encuentran en la parte final de su oración sobre la misión de cada uno al servicio de Dios, que os comparto con esta imagen.
Nosotros tampoco vemos el horizonte lejano, y cada día trae más incertidumbres que el anterior…
Pidamos a San John Henry Newman que nos obtenga del Señor esta fe confiada y rendida a la voluntad de Dios que tuvo él, sabiendo que Él nos guía siempre por su Luz en las tinieblas. Que podamos avanzar paso tras otro con la confianza de que el Señor nos va trazando el camino