San Juan Enrique Newman intercesor y guía en este tiempo tan nublado
Primer tema: El confinamiento
P. Ferrán, secretario de la Diputación Permanente
Sí, San John Henry nos puede entender, ayudar e interceder por nosotros en nuestra vivencia del confinamiento en casa que es hoy en día necesario en muchos países para ayudar a vencer el virus que hoy ataca tan fuertemente a la humanidad.
Recordamos que entre 1842 y 1845, San John Henry vivió “años de desierto” en Littlemore. Después de la publicación del Tract 90, considerado por la opinión pública como un acto de traición al Anglicanismo imperante y hasta una traición al Estado, San John Henry se despidió de sus estudiantes en Oxford, y luego de los feligreses de la Parroquia universitaria de Saint Mary’s (con su famoso sermón “The parting of friends”), y mudó en Littlemore, a unos kilómetros de Oxford, en una antigua granja que había comprado unos años antes. Allí le siguieron varios amigos que querían seguir sus pasos, entre ellos su amigo muy querido Ambrose St. John, que le seguirá más tarde en el sacerdocio católico y en la Congregación del Oratorio de Inglaterra.
Esta antigua granja, Newman la convirtió en casa de retiro, estudio, penitencia y oración. Los habitantes del pequeño pueblo recordaban la buena persona que habían conocido años antes, pero su fama de “traidor” y las opiniones muy criticadas de sus amigos seguidores rápidamente llevaron a convertir el exterior de la casa de Littlemore en zona de peligro para Newman, donde volaban insultos, miradas asesinas, reproches…
Newman abría su casa a quien deseaba buscar la paz en Cristo, y buscar la Verdad.
Muy rápidamente, algunos pobres vinieron a pedir limosna, y así Newman y sus amigos pudieron ejercer la caridad.
En un pequeño cuarto, Newman montó y decoró él mismo un pequeño oratorio, donde se reunía la pequeña comunidad para rezar, y redactó una regla de vida.
Newman no salía casi nunca. Recibía algunas personas que buscaban consejos espirituales, tomar lecciones de violín impartidas por él…
En esta casa estudió mucho los Padres de la Iglesia, y escribió su muy famoso “Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana”, que lo llevó progresivamente al pasaje a la confesión católica.
Allí aprendió a vivir una regla, a ayunar, descubrió el sentido del retiro y de los ejercicios espirituales…
Así, vemos que, forzado a “quedarse en casa” por la fuerte presión exterior, San John Henry supo aprovechar sus 3 años de “confinamiento” casi total para pensar, profundizar su conocimiento de Cristo, de la religión, de la Iglesia de Cristo, de sus propias limitaciones…
Podríamos pedirle entonces que nos ayude a vivir este tiempo de limitaciones de movimiento con más libertad interior, escogiendo utilizarlo más que subirlo, para acercarnos, en medio de este mal ambiente, al sumo Bien. Mirar el mundo, mirarnos a nosotros mismos, y mirar hacia arriba. Observar a Cristo crucificado que nos muestra que todo es cuestión de participación: participamos de Su Cruz, y Él participa de la nuestra.
Que San John Henry Newman nos obtenga del Señor para este tiempo la abnegación, la paz, la confianza y entrar más y más en el conocimiento de Dios, como el Señor se lo concedió en sus años en Littlemore.