Agradecimiento a nuestro pastor
EXCMO. D. ANTONIO ORTEGA FRANCO
IV Vicaría Episcopal San Miguel Arcángel
Eva López Romero
Estas palabras quieren expresar el sentir del presbiterio de esta IV Vicaría, ahora IV Zona pastoral, titulo asignado hace algunos lustros, a esta porción de la gran Arquidiócesis Primada. Es una expresión parcial, porque si quisiéramos escribir todo lo que las comunidades parroquiales, movimientos eclesiales, agentes de pastoral y presbiterio sienten por usted, no terminaríamos de exponerlo en unas cuantas líneas.
GRACIAS AL PASTOR SENCILLO Al pastor que predicó con su persona la sencillez y humildad, que con su léxico y gestos faciales mostró la sinceridad del corazón que ama. Al pastor que con la palmada en el hombro mostraba el ánimo para continuar… Gracias al pastor que aceptó el plato pobre que de corazón ofrecía el pueblo satisfecho por su presencia amorosa. Al pastor que no exigió el platillo suculento ni el manjar exclusivo sino que se limitó a la porción del alimento que saciara el hambre cotidiana. El hombre que quiso soportar el sufrimiento de la enfermedad y el dolor para mantenerse activo en el servicio y atender el bombardeo de peticiones de cada párroco, de cada rector, de cada feligrés, de cada problemática enfrentada.
GRACIAS AL PASTOR AMIGO Al amigo que en momentos críticos solo en él podíamos encontrar cobijo; al único en quien confiar nuestras debilidades humanas para ser escuchadas; al amigo que no hizo distinción alguna, bastó ser ministro de Dios para ser atendido y comprendido. El amigo que nunca guardó resentimiento por nuestra actitud criticona e hiriente hacia su persona. El amigo que amó sobremanera, haciendo caso omiso de nuestras habladas a su espalda. El amigo que como alguien comentara: “se parece a Dios… hace salir su sol sobre buenos y malos”. El que tiene mirada misericordiosa, porque para él todos somos santitos, al menos mientras caemos en un profundo letargo. El amigo que por amor intentó justificar nuestros errores, dándonos oportunidad para resarcirlos. El amigo que incluso en la necesidad, no escatimó tomar de su bolsillo para cubrir alguna necesidad material de su rebaño. Es el amigo intercesor, intercesor ante la autoridad para ayudarnos, intercesor con su oración, intercesor ante Dios… Cómo olvidar con su presencia, los magníficos paseos de decanato, las reuniones fraternales que vivimos, al calor de la ingesta de bebidas que a veces terminaban en bullicio perturbando el descanso de los otros.
GRACIAS AL PASTOR QUE DIO SU VIDA Creador, ejecutor y animador de un plan que fuera la columna vertebral de nuestra Vicaría. San Miguel, el Plan elaborado con esfuerzo por grandes estrategas pastorales de los nuestros; fue en un gran período; nuestra brújula, gracias por que en muchas parroquias dicho plan se aplicaría con esmero y valentía para evangelizar con ahínco a nuestro pueblo. Quince años de vida episcopal ofrecida a la zona centro de la compleja ciudad. Caminando por las aglomeradas pero bellas calles del centro histórico. Trasladándose también por la periferia del asombroso centro histórico, adentrándose sin temor por las calles intransitables de Tepito, Lagunilla y zona de la Merced. Sin obstáculo ni barreras para acudir puntual a cada comunidad que le esperaba. Ni manifestaciones de ninguna índole, ni desviaciones caprichosas de transito impidieron el acceso a su destino. El vasto conocimiento de la zona centro, hizo fluida su trayectoria cotidiana. Ninguna aplicación GPS en su dispositivo móvil fue necesaria para arribar responsablemente a su destino. Los barrios y colonias de Iztacalco, extrañarán al pastor cercano y pronto, que departía los clásicos tamales y el atole; el mole las carnitas y los pulques.
LEGADO DE UN PASTOR Nos queda su ejemplo y testimonio, es de tal arraigo en nuestra mente y corazón, que sin duda imitaremos algo de sus valiosas virtudes que le caracterizan. Evitar el enfado y el enojo, sería tan bueno en nuestro ministerio; esforzarnos por expulsar de nuestra casa la tristeza y la melancolía perseguidoras… Dios le conceda la salud deseada y se mantenga fiel a sus terapias. Usted aprendió que ser disciplinado, redunda en armonía y buen aliento. Que el Buen Padre le conceda muchos años… No olvide que aquí tiene un presbiterio que lo ama, que lo tendrá presente en el momento en que usted lo necesite… Dios lo Bendiga…
FEBRERO 21 DE 2019 P. Efraín Trejo Mtz.
IV zona pastoral de la Arquidiócesis de México